jueves, 24 de junio de 2010

El pecado de Adán, lamer unos tacones.

Dejad a Adán, de comer tanta manzana del árbol prohibido del Paraíso y ponerle a lamer unos buenos tacones. Seguramente lo agradecerá mas.
En nuestros tiempos y por mi experiencia ( el 50% de los hombres son embaucados por unos bellos tacones) y del otro 50% restante, el 30% sentirá admiración por ellos. Así esta el mundo, compañeras. Dejemos las bailarinas y las zapatillas de deporte y hagamos felices a esos pobres desdichados con nuestros zapatos.

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